
El cambio al horario de verano y sus efectos, especialmente en niños y mascotas
El cambio de horario que se realiza en marzo, donde adelantamos una hora los relojes, puede tener un impacto en nuestro organismo y en el de nuestros seres queridos, incluyendo a los niños y a nuestras mascotas.
Este cambio implica adelantar una hora el reloj, lo que puede alterar el ritmo circadiano de nuestro cuerpo. El ritmo circadiano es el ciclo biológico que regula la mayoría de las funciones del cuerpo, como el sueño, la temperatura corporal y el apetito, entre otros.
En el caso de los niños, los efectos del cambio de horario pueden variar dependiendo de su edad y su rutina diaria. En general, se ha demostrado que los niños tienen más dificultades para adaptarse a los cambios de horario que los adultos. Algunos de los efectos más comunes en los niños pueden incluir irritabilidad, cansancio, dificultad para conciliar el sueño y cambios en el apetito. Para ayudar a los niños a adaptarse al cambio de horario, es recomendable establecer una rutina de sueño y alimentación y mantenerla incluso durante los fines de semana.
En cuanto a las mascotas, también pueden verse afectadas por el cambio de horario. Los perros y gatos tienen un reloj interno que regula su ciclo de sueño-vigilia, y el cambio de horario puede afectar este ciclo. Pueden experimentar cambios en el apetito, la actividad y el comportamiento en general. Además, es importante tener en cuenta que el cambio de horario también puede variar la hora en que sacamos a pasear a nuestros perros, lo que puede afectar su actividad física y su salud en general.
Para ayudar a nuestras mascotas a adaptarse al cambio de horario, es recomendable hacerlo gradualmente. Esto significa que podemos ir ajustando los horarios de comida y paseos unos días antes del cambio de horario, para que el impacto sea menor. También es importante mantener una rutina diaria con nuestras mascotas, incluso durante los fines de semana.
En general, el cambio de horario puede tener efectos negativos en nuestro organismo y en el de nuestros seres queridos, incluyendo a los niños y a las mascotas. Por esta razón, es importante tomar medidas para minimizar estos efectos y ayudar a nuestros seres queridos a adaptarse al cambio. Establecer rutinas diarias y hacer ajustes graduales pueden ser algunas de las medidas que podemos tomar para lograrlo.